Bahía San Agustín: El Último Paraíso Escondido en la Costa de Oaxaca

Antiguamente, la costa de Oaxaca en México era un verdadero tesoro oculto. Llegar allí desde las icónicas y vibrantes calles de la Ciudad de Oaxaca implicaba un viaje de seis horas por carreteras sinuosas a través de montañas cubiertas de jungla, o un vuelo emocionante en una pequeña avioneta bimotor. Esto significaba que sus hermosas playas y sus impresionantes manglares, hogar de cocodriles, solo eran realmente descubiertos por surfistas y entusiastas de la vida silvestre. Sin embargo, con la llegada de más vuelos a Puerto Escondido y Huatulco, y la apertura de una nueva carretera desde la Ciudad de Oaxaca que conecta directamente con la costa, lugares como San Agustinillo y Mazunte, considerado uno de los Pueblos Mágicos más encantadores de México, son ahora ampliamente conocidos y visitados.

Huatulco, en particular, ha experimentado un crecimiento significativo, y sus nueve bahías son hoy un destino famoso a nivel mundial. Pero incluso en este lugar ya tan descubierto, todavía es posible encontrar playas poco concurridas que pasan desapercibidas para la mayoría. A diferencia de muchas otras playas y bahías alrededor de Santa Cruz Huatulco, Bahía San Agustín no cuenta con hoteles de gran altura ni grandes complejos turísticos, manteniéndose maravillosamente virgen y desconocida para el turismo masivo, especialmente el extranjero. Es un encantador tramo de arena dorada de aproximadamente kilómetro y medio de largo, bordeado por restaurantes estilo palapa que sirven mariscos frescos que hacen agua la boca y deliciosos tacos de pescado, todo esto en una bahía protegida que la hace perfecta para un día largo y relajante en la playa.

Resulta sorprendente que Bahía San Agustín se mantenga tan apartada, porque en realidad no es difícil llegar a ella. Claro, si uno arriba a Santa Cruz de Huatulco en un crucero, probablemente no estará en su radar, dado que se encuentra al otro lado del Parque Nacional Huatulco y las vistas paradisíacas y aguas cristalinas de Playa La Entrega, la playa más al sur de México, están justo allí. Pero Bahía San Agustín está a solo media hora en taxi por un camino de arena sin pretensiones desde el Aeropuerto Internacional de Huatulco, por lo que el hecho de que permanezca tan tranquila y pacífica es un verdadero misterio y, a la vez, una bendición.

Sol, Mar y Aventuras de Snorkel

Lo mejor que se puede hacer en Bahía San Agustín es, sinceramente, nada. Este no es un lugar al que se viene buscando emociones fuertes o una larga lista de atracciones turísticas para mantenerse ocupado. Es un destino que recompensa la calma, la desaceleración y el dejarse llevar por la atmósfera relajada que impregna toda la bahía. Es, en esencia, un lugar para desconectar, bajar la guardia y disfrutar de un día de tranquilidad absoluta en la playa.

Las aguas aquí son inusualmente tranquilas para el Océano Pacífico, gracias a la protección que ofrecen ambos lados de la bahía. Esto significa que hay amplias oportunidades para nadar si necesitas un respiro del sol en la tumbona. También hay un vibrante arrecife de coral justo frente a la costa, así que, si te apetece, ponte aletas y una máscara y nada, o contrata una embarcación que te lleve un poco más lejos. No te decepcionarás, ya que el mundo submarino aquí es un sueño eléctrico lleno de colores vivos, rebosante de peces tropicales, rayas, morenas, tortugas, e incluso delfines y ballenas en ciertas épocas del año.

La mayoría de los restaurantes y bares que bordean la arena alquilan equipo de snorkel si no tienes el tuyo propio. Esto nos lleva a otro de los tesoros de Bahía San Agustín: la gastronomía local. No estamos hablando de alta cocina, por supuesto, pero tampoco de la típica comida para turistas. Los puestos informales estilo palapa sirven deliciosos ceviches frescos, tacos de pescado, pulpo a la parrilla y una variedad de otros antojitos como sopes, quesadillas y flautas. El pescado llega de los barcos por la mañana y es difícil de superar, especialmente si se acompaña con una cerveza Pacífico bien fría. El pulpo en El Calvario es un platillo imperdible, ¡y no olvides preguntar por los camarones rellenos en El Playón, incluso si no están en el menú!

Alojamientos Rústicos con Encanto y Playas Vírgenes

Si la presencia de unas pocas familias y algunos botes de pesca te parece demasiado, existen varias otras opciones cercanas donde realmente podrías tener una playa entera para ti solo. Más adelante por el camino de tierra, Playa Riscalillo es un hermoso tramo de arena prístina con un par de restaurantes (esencialmente solo mesas de plástico y sombrillas de playa en la arena) y excelente snorkeling. Yendo aún más a lo remoto, Playa Manglillo y Playa Jicaral están bastante alejadas de las rutas habituales, lo que las hace perfectas para escapar de todo y sumergirse en la paz y tranquilidad.

Los amantes de la vida silvestre podrían considerar contratar un bote que los lleve aún más a lo largo de la costa, adentrándose en el Parque Nacional Huatulco hasta Bahía Chachacual. Esta es una impresionante media luna de playa virgen situada en lo profundo de la reserva natural, rodeada por una densa jungla. Aquí podrás observar una vívida variedad de aves, magníficos arrecifes de coral y algunos senderos que se adentran en el interior para los espíritus más audaces y aventureros.

Una de las mejores maneras de experimentar las maravillas de Bahía San Agustín es quedarse a pasar la noche. El alojamiento es limitado y un tanto rústico, pero esto solo añade encanto a la experiencia. No hay nada como conciliar el sueño arrullado por la brisa marina y el sonido de las olas rompiendo en la orilla. Aldea Natalia ofrece sencillas villas de adobe en medio de la jungla con vistas a Playa Cacalutilla, mientras que el deliciosamente minimalista Planta Glamp es una selección de encantadoras cabañas de madera con diseño artístico, situadas tierra adentro, lejos del mar, en medio de la naturaleza más pura.