Chacala, Nayarit: El Paraíso Secreto de México para el Descanso y la Naturaleza

En los últimos años, Puerto Vallarta se ha consolidado como uno de los destinos de fiesta en la playa más vibrantes de México. Mientras que Cancún y Los Cabos son las opciones tradicionales para escapadas exóticas y fiestas emocionantes, Puerto Vallarta es una fantástica alternativa, además de ser un bello punto de encuentro para turistas LGBT+. Con una gran cantidad de lujosos resorts 5 estrellas y una vida nocturna vibrante, es el destino perfecto para cierto tipo de vacaciones.

Sin embargo, si las fiestas desenfrenadas y la música alta no son lo tuyo, las maravillas de Puerto Vallarta podrían no encantarte. Muchas personas que buscan una experiencia de playa más relajada en la costa del Pacífico mexicano miran hacia el norte de Puerto Vallarta, hacia la Riviera Nayarit y las joyas tranquilas como Sayulita o el artístico refugio hippie de San Pancho. Pero incluso estos lugares han comenzado a ser invadidos por multitudes de turistas. Algunos viajeros optan por dirigirse al sur, a los hoteles de lujo y la belleza natural de la ‘Costa Alegre’ de México, pero para quienes están informados, existe otra opción mucho más cercana: el hermoso y secreto pueblo costero de Chacala.

Ubicado aproximadamente a 96 kilómetros al norte del Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta, a unos 90 minutos en auto, Chacala es un apacible pueblo de pescadores con una hermosa y perezosa curva de arena resguardada a ambos lados por promontorios cubiertos de selva. Con picos montañosos brumosos y verdes como telón de fondo, y con aguas inusualmente tranquilas para el Pacífico, es el antídoto perfecto y discreto para las playas llenas de surfistas en Sayulita o los retiros de yoga y bienestar de San Pancho, y se encuentra en un universo completamente diferente al de los resorts de Puerto Vallarta.

Chacala: Paraíso de Surfistas y Amantes de la Naturaleza

Los encantos de Chacala son inmediatamente evidentes, y tan pronto como llegues te preguntarás cómo esta exquisita porción de perfección tropical ha permanecido en secreto durante tanto tiempo. Es un lugar bastante pequeño con unos 300 habitantes a tiempo completo, una cuadrícula de calles de arena que conducen al mar, y una serie de sencillos pero encantadores B&B, hoteles y eco-lodges. El paisaje es la perfección clásica del Pacífico mexicano, con una curva de arena dorada que ilumina la ensenada, y un ascenso pronunciado a picos de color esmeralda cubiertos de selva que dominan el pueblo.

Como el resto de la Riviera Nayarit, este es un paraíso para surfistas. Chacala en realidad cuenta con tres playas separadas —Las Cuevas, Chacalilla y La Caleta—, cada una ofreciendo algo ligeramente diferente para los recién llegados. Las Cuevas es una pequeña bahía escondida por un camino de tierra al sur del pueblo, con nada más que fuertes olas y arena desierta. Chacalilla es el lugar más popular, accesible desde el pueblo y ofreciendo aguas más tranquilas que son perfectas para niños pequeños. La Caleta es el mejor lugar para surfear, una playa de guijarros al norte de la costa con olas increíbles. Ten en cuenta que el sendero de 3.2 kilómetros hasta la playa es bastante desafiante con subidas y bajadas significativas, pero el destino hace que el viaje valga la pena.

Incluso si no eres un amante de las olas, hay mucho que disfrutar en este pequeño rincón del paraíso por descubrir. Conocida como una “ciudad galería” debido a la diversidad y abundancia de su vida silvestre, las selvas alrededor de Chacala albergan más de 400 especies de aves, lo que la convierte en uno de los mejores lugares de la región para los observadores de aves. Los amantes de la fauna pueden realizar tours organizados para buscar grandes felinos como el margay, ocelotes y jaguares, mientras que animales más pequeños como los coatíes son visitantes habituales del pueblo.

Turismo Sustentable: La Esencia de Chacala

Aunque apenas está abarrotada de turistas, Chacala es reconocida entre un cierto tipo de viajeros como uno de los mejores destinos vacacionales de México. Esto tiene mucho que ver con Laura del Valle, una doctora mexicana y budista Zen que fundó aquí un retiro de bienestar en 1980 para apoyar a voluntarios y proyectos filantrópicos en la región. Mar de Jade sigue siendo un punto culminante de este hermoso pueblo y es uno de los mejores lugares para alojarse en Chacala, así como un excelente lugar para los aficionados al yoga. El turismo sustentable y ético está en el corazón de gran parte de lo mejor de Chacala, y el Hotel Majahua Selva es otra excelente opción gracias a su trabajo con las comunidades pesqueras locales y su compromiso con el ambientalismo.

Comer y beber en Chacala es casual y rústico. No encontrarás estrellas Michelin ni menús de degustación aquí. Pero eso no significa que no sea delicioso, y después de unos días cenando pescado fantásticamente fresco con impresionantes vistas al mar, nunca querrás irte. Chico’s es un favorito local, un lugar relajado frente al mar con mesas en la arena, que sirve excelentes empanadas de camarón, pescado zarandeado y ceviche. El restaurante del Hotel Majahua Selva es famoso como lugar para desayunar, mientras que Lalaxli ofrece opciones (ligeramente) más sofisticadas, así como productos horneados fuera de este mundo.

Chacala representa la alternativa ideal para aquellos que buscan un escape del bullicio, ofreciendo una experiencia auténtica de la belleza natural y la hospitalidad mexicana, todo bajo el marco del desarrollo sustentable.