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Iquitos: La Puerta de Entrada a la Majestuosidad del Amazonas Peruano
Descubre Iquitos, la remota joya amazónica, su historia, acceso y la increíble biodiversidad que la rodea.

El imponente río Amazonas serpentea a través de las vastas selvas del norte de Perú, fluyendo junto a los rincones más remotos del planeta, hogar de tribus no contactadas y una fauna silvestre única. Su cauce se extiende hasta los confines más pequeños de Colombia, continuando su recorrido por la inmensidad de Brasil. Es el río más ancho del mundo, la arteria vital de la región con mayor biodiversidad de la Tierra.
Nacida de los profundos “pulmones de nuestro planeta”, existe una pequeña ciudad que se asienta en la confluencia del Amazonas y el río Nanay. Iquitos, un puesto remoto envuelto en una densa jungla, es completamente inaccesible por carretera convencional. Los únicos forasteros que han puesto un pie en la ciudad lo han hecho volando, acomodándose en hamacas a bordo de los cargueros que atraviesan el Amazonas de punta a punta, o enfrentándose a la maleza con machete en mano. Esta singularidad la convierte en un destino verdaderamente excepcional y apartado del mundo exterior, un enclave donde la naturaleza y la cultura amazónica se fusionan de manera inigualable.
La forma más sencilla de llegar a Iquitos es por vía aérea. Los vuelos diarios parten del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en Lima hacia el pequeño aeropuerto en las afueras de la ciudad. Afuera, esperan tuk-tuks motorizados, listos para llevar a los viajeros directamente a sus hoteles en el centro. Sin embargo, existe una manera más aventurera de acceder a esta remota metrópolis. Tomar un barco de carga por el Amazonas es una experiencia incomparable para cualquier viajero con tiempo adicional, la mejor manera de observar cómo los biomas cambian durante el viaje de cinco días desde Pucallpa. También hay un viaje en ferry más corto desde Leticia, Colombia, que toma menos de un día, ofreciendo una perspectiva diferente de la inmensidad fluvial.
Explora el corazón salvaje de la Amazonía desde Iquitos
La mayoría de los visitantes de esta ciudad portuaria, enclavada en la selva, vienen a Iquitos por una razón primordial: es la puerta de entrada al Amazonas. Gigantesca, misteriosa e indómita, la ciudad está rodeada por uno de los biomas más atractivos de la Tierra. Viajeros y guías turísticos se dirigen directamente a la Reserva Nacional Pacaya Samiria, la segunda área natural protegida más grande de Perú. Hogar de más de 1.000 especies animales y casi la misma cantidad de especies vegetales, las 8.000 millas cuadradas de humedales y selva tropical cuidadosamente conservados brindan a muchos viajeros su primer contacto con esta extraordinaria región. Aquí, la vida silvestre se manifiesta en su máxima expresión, ofreciendo encuentros memorables y únicos.
Se pueden organizar tours de varios días con agencias en Iquitos, que incluyen el transporte en bote motorizado y campamentos al aire libre con hamacas. Es fundamental que permanezcas cerca de tu guía y tengas en cuenta las prácticas recomendadas en la selva tropical; es importante señalar que los guías son obligatorios y la reserva no es accesible para viajeros sin acompañante. Estos tours ofrecen una inmersión profunda en el ecosistema, permitiendo una conexión auténtica con la naturaleza.
Los tours son en gran parte dirigidos por guías indígenas, quienes son expertos en detectar la vida silvestre que la jungla esconde de nuestros ojos no entrenados. Presta atención a sus llamadas para observar monos saltando en lo alto de los árboles, buscar las aletas de los delfines rosados asomándose junto a los botes, o mantener tus manos alejadas mientras los caimanes gigantes se deslizan silenciosamente. Si unos días acampando en hamacas y alojamientos rústicos en la selva no te resultan atractivos, también puedes optar por reservar con varias embarcaciones de crucero que parten de Iquitos, ofreciendo una experiencia más confortable para explorar el río.
Descubre una antigua capital comercial a orillas del río Amazonas
Una marea de tuk-tuks invade las amplias calles de Iquitos, pasando junto a las reliquias de la olvidada riqueza colonial de la ciudad y el malecón amazónico. En la época de apogeo de la explotación del caucho, a finales del siglo XIX y principios del XX, los bosques de caucho de Perú fueron aclamados como un nuevo El Dorado. Compañías como la Peruvian Amazon Company amasaron su fortuna a costa de la explotación de los amazónicos, construyeron las estructuras coloniales que aún perduran en Iquitos y luego partieron en busca de negocios más rentables. Pasea por la Plaza de Armas o a lo largo del majestuoso Malecón para contemplar los vestigios de la grandiosidad que dejaron atrás, un testimonio silente de una era pasada de opulencia y excesos.
Muchos viajeros visitan Belén, un barrio construido sobre pilotes de madera que esconde una de las caras más complejas de la ciudad. No sigas a las multitudes a Belén sin un guía; la tentación de su caótico mercado local no justifica los riesgos. A través de la densa neblina de mosquitos revoloteando, es posible observar botellas de ayahuasca, cabezas de especies animales en peligro de extinción, y criaturas vivas vendidas para demostraciones macabras. Es un lugar que, aunque vibrante, requiere precaución y respeto por las tradiciones locales.
Aunque hay muchas opciones de alojamiento en la ciudad, muchos viajeros prefieren quedarse fuera del centro urbano, arrullados por los sonidos de la selva durante la noche. Varios lodges únicos en la selva operan cerca de la ciudad, incluyendo el único lodge en casas del árbol con todo incluido del Amazonas, que te permite dormir en lo alto de un hermoso dosel selvático, brindando una experiencia de inmersión total en la naturaleza. Esta variedad de opciones permite a cada visitante adaptar su estadía a su nivel de comodidad y aventura.