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Península Valdés: Santuario de Vida Silvestre en la Patagonia Argentina y Guía de Viaje

Descubre Península Valdés, un oasis patagónico en Argentina. Avista ballenas, orcas, pingüinos y explora su rica historia natural. Tu aventura salvaje te espera.

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Si el documental de la BBC “Vida con David Attenborough” los inspiró a explorar los confines de la Patagonia, estamos con ustedes. La Patagonia es una región remota y salvaje que ocupa la mayor parte del sur de Argentina, una escapada de ensueño. Para los amantes de la vida silvestre, la Península Valdés es una alternativa perfecta a las Islas Galápagos, atrayendo a unos 100,000 turistas anualmente, en comparación con más de 270,000 en las Galápagos. A lo largo de los años, el área ha ganado importancia global por su labor en la protección de animales marinos, convirtiéndose en un refugio de cría para especies en peligro como ballenas, elefantes marinos y lobos marinos.

La Península Valdés, originalmente habitada por el pueblo nómada Tehuelche, fue apropiada por el español Juan De La Piedra en 1779. Está ubicada en la Provincia del Chubut en Argentina y se formó hace millones de años, cubriendo un área de 3,625 kilómetros cuadrados (1,400 millas cuadradas). Cuenta con dos golfos impresionantes: el Golfo San Matías y el Golfo Nuevo. La línea costera es una mezcla de playas arenosas y de guijarros, con acantilados escarpados, bahías y lagunas, ofreciendo paisajes verdaderamente únicos.

Para una experiencia inolvidable sin las multitudes, pueden visitar la Patagonia durante los meses de junio a agosto. Durante este período, los precios suelen ser más económicos y aún es posible avistar vida silvestre como lobos marinos y, ocasionalmente, ballenas. Sin embargo, algunas áreas pueden estar cerradas al público debido a condiciones climáticas extremas.

La mejor manera de llegar a la península es volar a Buenos Aires —conocida como la Europa de Sudamérica— y luego tomar un vuelo de conexión a Trelew o Puerto Madryn. Desde allí, pueden tomar un autobús o contratar un transporte privado hasta Puerto Pirámides. Si conducir es lo suyo, embarquen en una aventura por carretera que los llevará directamente a la península, prometiendo vistas espectaculares en el camino.

Observación de Ballenas y Vida Silvestre en Península Valdés

Península Valdés: Santuario de Vida Silvestre en la Patagonia Argentina y Guía de Viaje

Al igual que otros de los mejores destinos para la observación de ballenas en el mundo, la Patagonia ofrece una de las experiencias más notables de avistamiento de vida silvestre. En Península Valdés, las ballenas francas australes se acercan a las costas, especialmente cerca de Puerto Pirámides y Puerto Madryn. La temporada principal de observación de ballenas va de junio a diciembre. De junio a mediados de septiembre, se pueden ver madres y crías alrededor de la playa El Doradillo, mientras que Puerto Pirámides es el lugar ideal desde mediados de septiembre hasta el final de la temporada. Punta Flecha, Caleta Valdés y Punta Delgada también son excelentes lugares para avistar ballenas. Estas majestuosas ballenas son de cuerpo robusto y color oscuro, con una cabeza enorme marcada por características tipo costras y ocasionales manchas claras en su parte inferior. Pueden crecer hasta 17 metros (56 pies) de largo y pesar hasta 80,000 kilogramos (176,000 libras). Pueden reservar fácilmente un tour en bote o kayak para ver a las ballenas, o incluso un submarino para una experiencia más inmersiva, casi como un biólogo.

Además de las ballenas, las orcas también pueden ser avistadas durante todo el año y son muy conocidas por su forma específica y distintiva de cazar presas. Esto ocurre principalmente entre marzo y abril en Punta Norte, cuando las crías de lobos marinos descansan a lo largo de la costa, y las orcas intencionalmente se acercan a la orilla, esperando pacientemente antes de atacar. Los safaris de vida silvestre de Península Valdés ofrecen a los turistas la oportunidad de avistar una variedad de animales no acuáticos también, incluyendo guanacos (animales nativos de Sudamérica que se parecen mucho a llamas o camellos), armadillos, maras (un roedor grande similar a una liebre, endémico de la Patagonia), y 181 especies de aves. Y no olvidemos a los entrañables y cómicos pingüinos de Magallanes, con su típico plumaje blanco y negro.

Qué Visitar en Península Valdés

Península Valdés: Santuario de Vida Silvestre en la Patagonia Argentina y Guía de Viaje

Grandes aventuras al aire libre esperan en la Patagonia —desde uno de los glaciares más famosos de Argentina hasta el snorkel con lobos marinos— y la Península Valdés no carece de momentos inolvidables y recuerdos duraderos. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su significado natural en 1999, el área ofrece oportunidades para caminar tanto a lo largo de la playa como para adentrarse más en el paisaje. Una excursión de dos horas de senderismo los lleva desde Puerto Madryn hasta Punta Tombo, yendo hacia el sur a lo largo de las colonias de pingüinos, mientras que el sendero de Rincón Chico ofrece una caminata más desafiante pasando por lobos marinos y elefantes marinos. Para ver la tierra desde una perspectiva diferente, exploren el territorio en bicicleta o a caballo.

Visiten Gaiman, un pintoresco pueblo galés, para echar un vistazo a la vida en este asentamiento del siglo XIX. Los colonizadores galeses encontraron una nueva comunidad en la Patagonia donde podían salvaguardar su idioma y cultura. Hoy en día, pueden visitar museos y capillas, sumergirse en la cultura galesa a través de experiencias tradicionales de té, o asistir a festivales culturales. Al caminar, notarán carteles escritos tanto en español como en galés.

En Trelew, los entusiastas de los dinosaurios se sentirán inspirados en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio —un museo clave de paleontología en Sudamérica. Se tarda alrededor de dos horas en visitar el museo, donde explorarán la Sala de Dinosaurios, exhibiendo más de 1,700 fósiles y un modelo a escala real de un titanosaurio gigante. Además, en el Laboratorio de Preparación de Fósiles, los visitantes pueden observar a los paleontólogos trabajando. Asegúrense de visitar el Centro de Investigación, un renombrado centro para estudios de paleontología, y cualquier exposición especial que el museo pueda tener. Los niños de 8 a 12 años no deben perderse la actividad “Exploradores en Pijama”, un evento de campamento donde exploran el museo por la noche.